Primer programa radial
En 1946, mientras prestaba su servicio como formador en el Seminario de Cartagena de Indias, Colombia, el padre Rafael García Herreros empezó a realizar el programa radial «La hora católica» por la emisora «Radio Fuentes». Las meditaciones de ese programa están compiladas en su libro «Una hora para Dios».
“El fin principal de la Hora Católica es predicar a Jesucristo. ¿Qué significa Jesucristo para nosotros? ¿Qué sentido tiene en nuestra vida? Para usted, radioescucha que casualmente me esté oyendo y que tal vez está a punto de correr el botón de radio y buscar la voz del mundo, la voz de lo transitorio y de lo mortal… ¿qué sentido tiene para usted el nombre de Jesús?” (P. García Herreros, citado por P. Diego Jaramillo, en el libro «Rafael García Herreros, una vida y una obra»).
Un minuto de Dios
El 8 de febrero de 1950, el Siervo de Dios empezó, también en Cartagena y en la misma emisora, un programa radial breve al que llamó «El Minuto de Dios». Sobre él, dijo en una entrevista al periódico EL TIEMPO, en 1984: “Un día se me ocurrió, y fue una intuición, que debía existir un minuto, en la tierra, de la Divinidad, para que hubiera paz, silencio, fe y alegría en este mundo. Es solo un momento, pero es el tiempo de la verdad; en otras palabras, el Minuto de Dios expresa un instante de Dios en la tierra”.
Por televisión
“El Minuto de Dios” es el programa -vigente- más antiguo en la televisión. Es un breve espacio que desde el 10 de enero de 1955 aparece diariamente en la televisión colombiana, presentado por el padre Rafael García Herreros.
Apenas medio año antes había empezado la televisión en Colombia y en ese diciembre de 1954, como invitado, el Siervo de Dios participó en los programas de TV “Fantasía Navideña”, “El Artista y su Obra” y “Nuestro Pan de cada Día”. Con esto se abrieron al padre García Herreros las puertas de la televisión pues, al comenzar el año 1955, con recomendación del Presidente de la República, obtuvo el espacio que caracterizaría su obra.
El «Tele-Padre»
Con su gesto adusto y su tono característico, el Siervo de Dios se introdujo en los hogares colombianos; así se hizo familiar a todos y pronto fue bautizado por los periodistas como el «Tele-Padre».
«Los temas tratados a lo largo de tantas noches, en esos 38 años en que el padre Rafael dirigió el programa, fueron muy variados: Dios que nos creó y que nos ama, Jesucristo el Señor Resucitado, el Espíritu Santo que habita en nuestros corazones, María nuestra Madre, los santos, la Iglesia que formamos, su organización y su vida; los sacramentos, los grupos de oración, la Renovación Carismática, el cristiano, su testimonio, su compromiso, su apostolado. El hombre, sus derechos, sus valores, sus esfuerzos, su lucha. El hogar, la limitación de los nacimientos, el trabajo, la vivienda, la educación, la muerte, la sociedad colombiana, la patria, la justicia, la violencia, las desigualdades sociales, la obra social El Minuto de Dios, la construcción de casas y escuelas, las artesanías, la civilización de los indios motilones, la colonización del Catatumbo, los Banquetes del Millón, la ayuda a lugares necesitados del país, la paz, etc.» (Jaramillo, Diego, «Rafael García Herreros, una vida y una obra»).