Conmovido y apasionado por el sacerdocio de Jesucristo, único mediador ante Dios Padre, el eudista Rafael García Herreros plasmó en bellas páginas sus pensamientos, experiencias, reflexiones y motivaciones para despertar en niños y muchachos el germen de la vocación, afirmar a los seminaristas en su búsqueda, meditar con los ya ordenados sobre la excelencia del sacerdocio y exaltar la vida de algunos presbíteros que vivieron heroicamente su sacerdocio.