Quiero hablar hoy de política. No puede ser que El Minuto de Dios no diga una sola palabra sobre este tema, cuando todo el mundo y todos los periódicos no tratan sino de ella. Sería vivir en babia, lejos de los problemas nacionales.
¿Y qué les puedo decir que sea tranquilo y aceptable? Les quiero decir que debemos votar todos, que debemos votar de acuerdo con nuestra conciencia bien informada. Debemos votar con alegría, no con temor; votar como se hace en los países civilizados, aun con música, si es posible, al son de guitarras, no al son de la piedra, ni mucho menos con serenata de revólveres.
Vamos a dar un ejemplo de civismo, votando tranquila y agradablemente. Cada uno según su conciencia bien informada. Con la seguridad de que el gobierno defenderá los derechos de todos para la libre elección de los candidatos.
Queremos ver aun a las ancianitas votando, porque se trata de resolver un gran problema de la patria. No podemos ser indiferentes. La venerable jerarquía católica afirma que es pecado grave no votar, si no hay causa justa que lo impida.
Estas elecciones deben caracterizarse por una gran alegría, por una gran seguridad, por una total libertad. Vamos a aprender en esta vez a ser demócratas. A ejercitar nuestra libertad de escoger a quien nos represente mejor. Tenemos seguridad de que nadie nos violará, de que nadie nos irrespetará, que posiblemente no habrá una piedra, sino más bien el rasgueo de alguna guitarra. Hay que quitarle lo trágico a las elecciones, sin restarle su gravedad.
Qué maravilloso sería que en toda Colombia no hubiera ni un muerto ese día, ni un escalabrado; que todos votáramos según nos lo dictan nuestro corazón y nuestra conciencia, en favor de Colombia. Debemos votar todas las personas. Debemos tener el valor de decidirnos ante la patria. No debemos tomar la línea de menor resistencia, ni la línea de la indecisión, que es no votar. Ese día, quedarse en la casa significa una falta total de personalidad o una indiferencia por Colombia.
Yo no les puedo decir por quién deben votar. Que se los diga la conciencia, que se los diga el corazón y el clamor de la patria. Ellos no engañan.
* Marzo 15, 1966. Publicado en: García Herreros Rafael, «Constructores de la nueva Colombia».
Colección Obras Completas No. 19. Centro Carismático Minuto de Dios, Bogotá, 2009.