Quiero darte gracias

Enfoque temático: acción de gracias
Tema: conciencia de los dones de Dios

Frecuentemente debemos dar gracias a Dios por sus numerosos, incontables y continuos beneficios. Digamos ahora, desde aquí, desde lejos:

Te doy gracias, Señor, por tu belleza, por este mundo tan precioso que hiciste, por este planeta increíble, lleno de sorpresas, donde nos hiciste nacer. Por este maravilloso universo agobiador, insondable, posiblemente el más bello, que nos preguntamos si es infinito o es limitado. Por este espléndido sol, que da luz y sentido a todo. Por esta noche, que nos envuelve en sombras y ensueños.

Te doy gracias por el increíble hombre, por su cuerpo y por su alma, por sus ensueños y sus tristezas, por su capacidad de crear; por sus manos milagrosas, que son instrumento glorioso, con las cuales talla, acaricia, saca armerías de todas partes, escribe.

Te doy gracias porque estamos vivos. Es precioso estar vivo, poder reír, poder llorar. Es embriagante la vida.

Te doy gracias por el hombre y la mujer que están a mi lado, por sus cualidades, por sus posibilidades, por sus defectos, por sus deseos, sus alegrías y sus secretos.

Te doy gracias, sobre todo, porque te he conocido, oh Dios; porque sé con seguridad que nos amas. Te doy gracias inmensas porque enviaste a Jesucristo al mundo para salvarnos; te doy gracias inmensas porque me enviaste al Espíritu Santo, que me consuela en los momentos inevitables de tristeza, y porque me da alegría, y porque me descubre la belleza inmensa de Jesucristo. Porque me da anhelo de proclamar que Jesús me salva, que Jesús va a venir; porque me da ansias de besar los pies de Cristo y de gritar por todas partes que Él es mi Salvador.

Te doy gracias, Señor, por la Iglesia, en que me hiciste renacer. Te doy gracias por María, la excepcional, y por todos aquellos que buscan tu rostro.

Te doy gracias, porque tengo seguridad de que después de haber estado en este preciosísimo planeta, pasaré al cielo que nos reservas, que nos has prometido, donde te veré para siempre.

Qué maravilloso es existir. Sentir la belleza de la vida. Estar comprometido con el hombre. Poder admirar la belleza del universo. Poder sumirnos en pasmo, en admiración ante todo lo que nos rodea, desde la última estrella hasta la última flor.

Yo quiero hacer una pausa en mi vida para darte gracias. Señor, gracias por la existencia, gracias por mi circunstancia, gracias por mi ciudad, por mi pueblo, gracias por Colombia.


(Tomada del libro: “Vivir, pensar, creer y morir”)

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