Enfoque temático: Catequesis sobre el Espíritu Santo
Tema: Ungidos por el Espíritu
Por tu Espíritu oh Cristo, nosotros estamos en Ti y Tú estás en nosotros. Tú nos diste tu Espíritu en el bautismo; o en el amor al prójimo, si no estamos bautizados. Tú has superado nuestro pecado con la gracia. Tú has aumentado y ampliado 1a finalidad de nuestra vida por tu gracia, y nos hiciste entrar en e1 proyecto infinito de tu Padre. Hemos llegado a ser, por tu gracia y por tu espíritu, más grandes de lo que podemos pensar. Somos más por la gracia que por cualquier experiencia humana, que por cualquier situación, la más brillante que se pueda pensar.
Hemos sido ungidos en tu Espíritu, santificados por tu gracia, nacidos de nuevo a una vida de Dios, con el título de Hijos de Dios y partícipes de la Naturaleza Divina.
Tenemos tu Espíritu divino, oh Cristo, por la gracia. Tu Espíritu es e1 óleo y e1 sello eterno, que se imprime en la más honda intimidad de nuestro ser. Tu Espíritu es la plenitud de nuestras profundidades íntimas. El es la vida a través de la cual superamos la muerte. Es 1a felicidad sin límite que seca la fuente de todas nuestras lágrimas.
Por tu Espíritu, oh Cristo, nosotros estamos en Ti y Tú estás en nosotros… Tu Espíritu es Dios que vive en nosotros, es la santidad del corazón, es la fortaleza, es la nueva visión del mundo. Tu Espíritu nos da fe para mirar en la oscuridad, nos da esperanza para comprender el mensaje de la existencia. Tu Espíritu es e1 amor que ama en nosotros, que nos hace generosos, exultantes, a pesar del frío y de 1a estrechez del corazón humano. Tu Espíritu es la juventud eterna, en medio del ambiente senil de un mundo que se desespera. Tu Espíritu, que es tu gracia, nos hace aceptar todos los misterios, el misterio y el sacramento de la muerte, el sacramento de tu silencio, todos los sacramentos y los misterios que nos rodean.
Ante Ti, Jesucristo, solo hay una solución: vivir en gracia, es decir, aceptando tu donación, vivir en tu Espíritu que se recibe en e1 bautismo, o se recibe, si no somos cristianos, en el misterio del amor al prójimo.
(Tomada del libro: “Señor mío y Dios mío”)